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19/7/10

NANAS PARA UN ANGEL


Era una tarde serena de diciembre
Cuando el sol en mi mar quiso esconderse
Vistiéndose de lluvia, viento y arenales
Librando una batalla en modos desiguales.

Un rugido se deslizó por mis entrañas
Se escuchó una voz decidida y grave
(Ya no te veré mi niño en las mañanas)
Se había terminado aquel combate.

Ya duermes, mi amor, entre las rosas
Ya te arrullan dulcemente las alondras
Vuelas bajo aquel cielo con estrellas
Son tus nanas las espigas y amapolas.

A Dios llorando le pedí que te dejara
Tenerte como siempre, mi pequeño
En mis brazos firmes te cuidara
Venciendo las encrespadas olas.

Pero el mar que yo te había pintado
No fue nada más que un dulce sueño
Y en ese sueño ahora tú no lloras
Son tus nanas las espigas y amapolas.

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